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En términos simples, la Telemedicina es cualquier forma de comunicación a distancia entre los pacientes y los médicos, que puede manifestarse en forma de una entrevista telefónica, el envío de exámenes por fax o por e-mail, incluso por cámara que permita ver imágenes.
 La Organización Mundial de la Salud define a la telemedicina como “el suministro de servicios de atención sanitaria, en los que la distancia constituye un factor crítico, por profesionales que apelan a las tecnologías de la información y de comunicación con objeto de intercambiar datos para hacer diagnósticos, preconizar tratamientos y prevenir enfermedades y heridas, así como para la atención permanente de los profesionales de atención de salud, y en actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de las comunidades en que viven”.
En términos simples, la Telemedicina es cualquier forma de comunicación a distancia entre los pacientes y los médicos, que puede manifestarse en forma de una entrevista telefónica, el envío de exámenes por fax o por e-mail, incluso por cámara que permita ver imágenes. El Dr. Edgardo Escobar, Director Médico del Instituto de Telemedicina de Chile, explica que el fin que persigue este sistema es “mejorar ciertas formas de atención que no existen en todas partes o a las que no hay acceso, debido a la escasez nula de especialistas o su mala distribución”.
En efecto, en Chile existen zonas en las que los habitantes no tienen acceso a una atención en un centro asistencial y eso es solucionado a través estos métodos. La Telemedicina actúa en una tría, que incluye a los médicos especialistas, que pueden estar a miles de kilómetros de distancia; en un apoyo tecnológico, como se puede ver a través de los informes electrocardiográficos o la computación y otros medios; y en un apoyo de ingenieros y de comunicaciones. La importancia de este sistema es destacada por el Dr. Escobar, quien comenta que “con los sistemas de comunicación actuales, uno puede estar en contacto a cualquier hora con el paciente, esa es la ventaja. Dependiendo del examen, y en el caso del electrocardiograma, que es el grueso de nuestro trabajo, estamos recibiendo cerca de 900 electrocardiogramas diarios, cosa que no ocurre en otras partes del mundo”, señaló.
Existen protocolos de informe, y dependiendo de las emergencias hay un tiempo máximo en el que el médico debe responder. Por ejemplo, demostrativo es el caso de la sospecha del infarto. Para eso, el sistema Auge determina que si se sospecha infarto en un paciente, se le debe hacer un electrocardiograma en los primeros 15 minutos, y no hay ningún sistema que logre resolver esto con la rapidez de la Telemedicina. “Entonces nosotros tenemos la obligación de informarlo en un tiempo máximo de 10 minutos. Cuando se trata de otros exámenes puede ser de 30 minutos o una hora, dependiendo del caso, así que la inmediatez quedará supeditado a la urgencia”, explica el especialista.
Pero la Telemedicina no es un sistema que sea exclusivo de la Cardiología. El Dr. Escobar comenta algunos casos en los que se ha podido utilizar este en otras especialidades que hablan de su efectividad: “por ejemplo, en oftalmología se pueden transmitir los fondos de ojo para que sean interpretados, o en dermatología, al enviar la imagen, el especialista puede identificar si se trata de una imagen benigna o maligna. Yo fui testigo de un ecocardiograma trasmitido desde Irak a Estados Unidos, en el que ecocardiografista americano informaba sus resultados a distancia, y algo emocionante fue lo que ocurrió en Honolulu, la capital de Hawai, donde estaba un obstetra con su equipo de ecografía y en las islas remotas de este archipiélago estaba una mujer embarazada, a la que le ponían el transductor para ver la imagen del feto, y el especialista le decía a la madre como venía su guagüita o podría pesquisar un embarazo de alto riesgo”
Tan sólo 5 minutos
Pero será necesario conocer es el modus operandis de este sistema para entender porqué se ha convertido en una forma de atención médica tan efectiva.
Vamos por parte:
Lo primero que hay que saber es que no es el paciente el que llama a su especialista, si no que al acudir a un lugar de atención primaria, será un paramédico quien tomará un electrocardiograma. Este electro, se toma con un sistema simplificado que es una cajita de 10 x 12 cm, al que se le conecta el auricular de un teléfono, se marca un número 800, que es gratuito, y se trasmite al computador de un paramédico que lo recibe, ve que esté con sus derivaciones correctas, y lo pasa al computador del médico que lo informa. Todo este proceso, desde que el operador lo recibe y que el informe se emite, cuando hay poco trabajo, se hace de 3 a 5 minutos.
El electro también puede tomarse en una ambulancia y transmitirse por celular. “Es el mismo circuito anterior, con la única diferencia que si se trata de un infarto, el resultado del electro se trasmite al Servicios de Atención Primaria de Urgencia (Sapu) –que fue quien informó el problema- y lo trasladará al servicio de urgencia determinado por el Minsal. Por lo tanto, el procedimiento se desarrolla enviando el electro al lugar de origen, y además al hospital de referencia, que ya cuenta con el examen mientras el paciente recién se dirige hacia él en la ambulancia.
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