DÍGALE NO A LAS BEBIDAS GASEOSAS
No podemos negar que tomar una bebida bien helada provoca placer. Pero ¿sabe usted todo lo que acarrea su consumo habitual y lo que contiene un simple vaso de este adictivo líquido? Sépalo aquí.
Para tener una idea, una lata de 355ml de bebida de fantasía contiene aproximadamente 10 cucharaditas de azúcar y aporta unas 150 calorías. Si convertimos este consumo en una práctica habitual y la incluimos en nuestra dieta diariamente a distintas horas, le provocaremos un importante daño a nuestro organismo, ya que el exceso de estos refrescos, sumado a la falta de ejercicio y a la genética de cada individuo, puede contribuir a la aparición de riesgosas enfermedades.
La realidad nacional es que el alto consumo de bebidas gaseosas per cápita y el gasto que los chilenos realizan en la compra de éstas, se ha incrementado en forma exponencial durante las últimas décadas. Según cifras de Euromonitor Internacional, estos valores crecieron en un 10,3% y 19,6%, respectivamente, desde el año 2009 al 2014, lo cual se traduce en que cada chileno aumentó en 13 litros el consumo anual de estos productos.
Algunas de las razones de este fenómeno, según explica María Luisa Hervias, Secretaria de estudios Escuela de Nutrición y Dietética Universidad Central, son la influencia de la publicidad alimentaria en los medios de comunicación, la baja en los precios de estos productos haciéndolos más accesibles a los compradores, además de su enorme poder adictivo, entendiendo como tales a todos aquellos que entre sus ingredientes posean edulcorantes calóricos, como: azúcar, miel, fructosa, sacarosa, jarabe de maíz, jarabe de arce, néctar, jarabe de agave y jarabe de arroz.
Por otro lado, argumenta la especialista, “la Ley de Etiquetado poco ha contribuido al respecto, como quedó demostrado en un estudio IPSUSS, en donde se le preguntó a la población si su puesta en marcha había logrado un menor consumo de bebidas azucaradas. Al respecto, del total de encuestados, un 38% dijo "sí", mientras que el 16% señaló que "poco" y el 46% indicó que en "nada” se había reducido su ingesta”.
De todas maneras, un aspecto positivo, si podemos considerarlo así, es que el mercado de las bebidas denominadas Ligth o Zero ha tenido un crecimiento en sus ventas, lo cual podría indicar que más personas optan por los refrescos que contienen acesulfamo, aspartamo, ciclamato, stevia, sacarina, sucralosa o taumatina entre sus ingredientes.
Efectos secundarios
Entre los problemas a la salud que ocasiona este elevado consumo de bebidas, especialmente azucaradas, el estudio realizado por Silva y Durán (2014) sugiere que éstas incrementan el riesgo de obesidad, diabetes mellitus tipo 2 y síndrome metabólico, producto de un aumento de adiposidad y resistencia a la insulina en el tejido adiposo, generando mayor cantidad de ácidos grasos en la circulación. Además, provocan un incremento en la presión arterial y en la concentración plasmática de marcadores de tipo inflamatorios.
“También se asocia a algunos tipos de cáncer como el pancreático y osteoporosis y, por otro lado, su bajo pH, en particular en las bebidas colas, causa manchas en los dientes, caries y la desmineralización del esmalte dental”, agrega la nutricionista.
Entre las estrategias para disminuir el consumo de bebidas, es necesario mencionar políticas públicas que se han impulsado el último tiempo, como la elevación del impuesto a las bebidas analcohólicas azucaradas desde el año 2014, que pasó de un 13% a un 18%. Sin embargo, cabe señalar que este aumento no menguó su comercialización.
Lo importante, es que más allá de leyes o iniciativas públicas, el cambio de mentalidad debe nacer y desarrollarse desde el hogar. Como padres, es importante establecer hábitos a los hijos que se relacionen con una cuidadosa alimentación y educarlos respecto de lo que están consumiendo, con la finalidad de darles herramientas para discernir acerca de una nutrición saludable.
“A nivel doméstico, el primer paso es disminuir su compra o simplemente eliminarlas y disponer de agua en el hogar. Otro consejo es salir siempre de la casa con botellas de agua, de modo de evitar la compra de bebidas azucaradas. Finalmente, adicionar al agua saborizantes naturales como pepino, limón, jengibre u hojas de menta, ojalá sin azúcar o prefiriendo los edulcorantes artificiales también es una buena alternativa para hidratarse”, recomienda la especialista.
Cáncer y algo más
Uno de los mayores problemas que enfrentan las personas que beben regularmente bebidas gaseosas con alta carga de azúcar, es que corren un mayor peligro de contraer cáncer respecto de aquellas que no las ingieren, al margen del peso que se tenga, según un estudio publicado hace algún tiempo por el Consejo de Cáncer Victoria, y la Universidad de Melbourne.
La investigación analizó 3.283 casos de cáncer relacionados con a la obesidad y evidenció que el riesgo de cáncer aumentaba con un mayor consumo de este producto, sin embargo, no fue el caso de aquellos que toman bebidas gaseosas dietéticas, lo que sugiere que el azúcar es un factor clave.
En palabras de sus investigadores, “las bebidas azucaradas, incluyendo las gaseosas, son causantes de obesidad y aumentan el riesgo de 13 tipos de cáncer”, las que además se suman al riesgo de diabetes del tipo 2, enfermedades cardíacas y problemas bucales.
Todas estas son razones de sobra para evitar su compra y su consumo, y enseñar a nuestros hijos desde pequeños de la importancia de evitar los alimentos nocivos para la salud, puesto que su consumo es la antesala para padecer complejas enfermedades de adultos.
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