Enfermedad Cardiovascular

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Chile, según el Minsal, las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte, con un 30% del total de los fallecidos, y significa la tercera causa de invalidez. A nivel mundial, se estima que lo será para el año 2020.

 

 

Los trastornos del corazón y vasos sanguíneos causan enfermedades cardiovasculares, y en este grupo se incluyen la cardiopatía coronaria (ataques cardíacos), enfermedad cerebrovascular (accidente cerebrovascular), hipertensión, arteriopatía periférica, cardiopatía reumática, cardiopatía congénita e insuficiencia cardíaca.
 

Los factores de riesgo que inciden en un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debido a su influencia en la presión de las arterias, son la edad (personas mayores de 65 años), colesterol alto, hipertensión arterial, tabaquismo, obesidad, diabetes, e inactividad física


Las cardiopatías coronarias se clasifican en dos tipos, aquellas que afectan a los vasos sanguíneos que alimentan al corazón, y las enfermedades cerebro vasculares que inciden en los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. El problema más frecuente y peligroso es la acumulación de grasa en las paredes de estos conductos, por lo que los principales factores de riesgo modificables son una dieta dañina rica en grasas saturadas, sedentarismo, y tabaquismo.
 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2005 unas 17 millones de personas perdieron la vida debido a cardiopatías coronarias, el 30% de la totalidad de las muertes registradas ese año; es por esto que proyecta que para el 2015 esa cifra aumente a 20 millones, principalmente por accidentes cardiovasculares.
 

Lamentablemente las enfermedades cardiovasculares no presentan síntomas, y se manifiestan a través de un infarto al corazón o cerebro, cuando las opciones de tratamiento y mejoría son mínimas; pero mientras más pronto se acuda a un centro médico luego de un evento, más posibilidades hay de sobrevivir.
 

Aquellas personas que presentan factores de riesgo o tendencias hereditarias, deben estar atentas a los avisos sobre un posible ataque al corazón, que en caso de un infarto al miocardio son el dolor o molestias en el pecho, brazos, hombro izquierdo, mandíbula y espalda. Frente a un ataque al cerebro se pierde la fuerza muscular en las piernas, cara o brazos, junto a una dificultad para caminar, hablar o entender lo que dicen los demás.
 

La OMS, además, asegura que el 80% de las muertes prematuras por estas enfermedades cardiovasculares, podrían evitarse con un simple tratamiento que incluye una dieta saludable, rica en frutas y verduras, disminuyendo las grasas saturadas, el sodio y el consumo de alcohol; abandonar el hábito de fumar; y realizar actividad física constante. Estas mejoras en los hábitos de vida podrían disminuir en un 50% la posibilidad de sufrir problemas cardíacos.
 

Las enfermedades cardiovasculares afectan por igual a hombres y mujeres, al contrario de lo que se creía antiguamente; pero existen ciertos puntos que los diferencian ante esta enfermedad.
 

Las mujeres tienen infartos 10 años más tarde que los hombres; ellos en promedio se infartan a los 60 años, en cambio ellas a los 70. Además, son más graves por lo complejo que es sufrir uno a edad más avanzada. El 50% de la población femenina fallecerá por enfermedad cardiovascular, en comparación al 4% que podría morir de cáncer mamario.
 

En Chile, más de la mitad de los adultos presenta dos o más de cinco factores de riesgo cardiovascular. De hecho, se estima que la prevalencia de hipertensión es cercana al 26%, mientras que la del colesterol total elevado o colesterol HDL (bueno) disminuido, alcanza al 63% de la población general mayor de 17 años.

 

De acuerdo a la OMS, un 6,6% de los adultos mayores de 17 años se encuentra en situación de riesgo cardiovascular máximo en base a la evaluación de factores de riesgo. A pesar de las cifras, es importante destacar que existe una evolución en el área de las enfermedades cardiovasculares, debido a los mayores éxitos alcanzados en esta materia, y se han hecho cosas más efectivas. La tasa de mortalidad hace 25 años era alrededor de 200 por cien mil, y ahora ha bajado a 150.


Fuente: Sociedad Chilena de Cardiologia y Cirugía Cardiovascular

 

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