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Los beneficios de ir al trabajo en bicicleta

Dar un paseo, llegar a la oficina, acercarse al supermercado... La bicicleta puede ser una buena forma de hacer ejercicio sin demasiado esfuerzo. Lo confirma esta semana una investigación cuyos datos vuelven a demostrar que, aunque no se le dedique mucho tiempo, practicar habitualmente esta actividad ayuda a controlar el peso.

 

Fuente: EL MUNDO.es

 

 

 
Estrés y Corazón : una mala dupla

Llevar el peso de un mal momento puede significarnos atentar en contra de nuestra salud. El aumento en el consumo de cigarrillo, de alcohol, y el desgano que provoca estar “estresado”, afectan bruscamente en contra de nuestro órgano principal. Vivir situaciones de enojos, o estrés en cualquiera de sus versiones (laboral, emocional, etc), puede hacernos pasar por algo más que un mal rato e, incluso, inducirnos a caer en vicios. Mucho se ha investigado sobre la relación entre el estrés y las enfermedades cardiovasculares, y los resultados arrojan una estrecha concomitancia. Es lo que ocurre cuando las personas que sufren de una enfermedad cardiovascular a menudo dicen sentir dolor en el corazón durante situaciones de estrés emocional, o viceversa, las posibilidades de tener un infarto en situaciones de estrés también son mayores, más aún si estos son frecuentes y repetidos a lo largo de los años. Lo anterior ocurre debido a que en momentos de estrés se acelera la frecuencia cardiaca, aumenta velocidad circulatoria y la presión arterial, lo que incrementa el trabajo cardiaco y por ende genera una mayor consumo de oxígeno por parte del músculo cardiaco. El estrés también incrementa la secreción de sustancias vasoactivas por parte del organismo (Noradrenalina, Adrenalina, Vasopresina, etc), las que aumentan el flujo sanguíneo, acelerando el daño de la pared arterial. Con el tiempo las arterias se van degenerando, engrosando su pared y haciéndose más rígidas, agregándose más adelante depósitos de calcio y colesterol, que estrechan la luz de la arteria y favorecen la ocurrencia de infartos. Durante diciembre de 2008 se dio a conocer una investigación británica, en la que se sugirió que la gente que tiene estrés psicológico experimentó un aumento de 50% en el riesgo de un evento de enfermedad cardiovascular durante el período de seguimiento. Esto, según los investigadores, puede deberse a que los individuos estresados presentaban altos índices de tabaco y realizaban poco ejercicio.


 
Dieta Mediterránea: el arte de alimentarse bien

Rica en frutas, verduras, legumbres y otros alimentos vegetales, la Dieta mediterránea es, por excelencia, el más completo método de alimentación existente, y el más recomendado por los especialistas.

 No es coincidencia que una investigación realizada durante la década del sesenta, denominada “Estudio de los siete países”, en que se analizaban los hábitos alimenticios de americanos, europeos y asiáticos, diera como resultado una mayor expectativa de vida y menor tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular en los países del mediterráneo, principalmente en Grecia y el sur de Italia, en comparación con otros países estudiados como Estados Unidos. Incluso, investigaciones publicadas en prestigiosas revistas internacionales, como el British Medical Journal, señalan que el consumo adecuado y constante de esta dieta incidiría en la expectativa de vida de los europeos, incrementándola hasta en un año.  Y es que los beneficios son muchos: Uno de las mayores ventajas que este tipo de dieta otorga al organismo es el cuidado de la salud cardiovascular, debido a que los alimentos que se ingieren tienen componentes que ayudan a su adecuado funcionamiento. Así, el aceite de oliva -y la grasa insaturada que contiene- como también el Omega 3 contenidos en los alimentos marinos, aportan grandes beneficios para el cuerpo, y en especial para el corazón, evitando la formación de placas de colesterol en las arterias y provocando un efecto “limpiador” en ellas. Pese a que en Chile nos acercamos en cierta medida a la Dieta mediterránea, aspectos que nos alejan de una alimentación completamente saludable es, por ejemplo, el alto consumo de azúcar que caracteriza a los chilenos, uno de los grandes responsables del aumento en los índices de obesidad en nuestro país.   

Una buena forma de comenzar a modificar los hábitos alimenticios, es tener claro cuáles son los productos que nunca pueden faltar en casa. Así, le entregamos una lista de los componentes fundamentales y característicos de la dieta mediterránea:

- Aceite de oliva como principal grasa culinaria

- Alimentos vegetales en abundancia, como frutas y verduras frescas, además de  Cereales.

- Frutos secos

- Consumo frecuente de pescado

- Vino, en forma moderada (1-2 vasos)

- Bajo consumo de carnes rojas, leche, derivados lácteos y azúcares simples.

 


 
Ciclo Cardíaco, El motor de la Vida

Cuando se habla del corazón, es probable que su mente recuerde palabras claves y se tenga cierta noción de su importancia., sin embargo, pocos pueden explicar a ciencia cierta cómo funciona el principal músculo de nuestro cuerpo. Lo cierto, es que el corazón es bastante más complejo de lo que puede creerse, pero su proceso no es tan difícil de entender.


  El corazón se podría comparar con dos bombas, derecha e izquierda,  que trabajan automática y sincrónicamente. Está situado entre los pulmones, a la izquierda del tórax, apoyado sobre el diafragma y detrás del esternón, contrayéndose unas 70 veces por minuto. La masa muscular que lo constituye recibe el nombre de miocardio y está formada por tejido muscular de tipo cardíaco que funciona manera automática.


Cada una de las bombas tienes dos cavidades independientes denominadas aurícula y ventrículo. El paso de la sangre desde aurículas hacia los ventrículos está controlado por una válvula entre ambas cavidades, de la misma forma que otra válvula controla el paso de la sangre desde los ventrículos hasta las arterias. Unas gruesas paredes musculares separan la parte derecha e izquierda del corazón, que actúan como dos corazones coordinados: la parte izquierda para la sangre arterial (rica en oxígeno), y la derecha para la venosa (pobre en oxígeno).

La función del corazón es bombear la sangre a todos los rincones del organismo. La sangre recoge oxígeno a su paso por los pulmones y circula hasta el corazón para ser impulsada a todas las partes del cuerpo. Después de su viaje por el organismo, la sangre queda sin oxígeno y es enviada de nuevo al corazón para que éste la bombee a los pulmones con el fin de recoger más oxígeno. Así se completa el ciclo.

 Paso a paso

Para impulsar la sangre por los vasos de todo el cuerpo, el corazón realiza el ejercicio denominado sístole, o de contracción, y diástole, o de relajación. El ritmo cardíaco, la intensidad y la fuerza de contracción y relajación están regulados por los centros situados en el hipotálamo (en el cerebro), que elaboran los impulsos nerviosos adecuados, y por sustancias químicas como la adrenalina y la noradrenalina, que son hormonas que actúan sobre el corazón.

El ciclo de la bomba derecha se inicia con la diástole auricular (período de llene auricular derecho). Cuando la aurícula está llena de sangre se abre la válvula tricúspide y se inicia la diástole ventricular (período de llene ventricular derecho) que se completa con la sístole ventricular. Cuando acaba la diástole ventricular se produce el cierre de la válvula tricúspide y se abre la válvula pulmonar, entonces se inicia la contracción o sístole ventricular, que explusa la sangre a través de la arteria pulmonar a los pulmones.  La sangre oxigenada retorna por las venas pulmonares a la aurícula izquierda del corazón dando inicio al ciclo de la bomba izquierda.  Este, al igual que el ciclo de la derecha, se inicia con la diástole ventricular: Cuando la aurícula izquierda esta llena de sangre, se abre la válvula mitral y la sangre pasa al ventrículo izquierdo comenzando la diástole ventricular (Período de llene ventricular izquierdo). El ventrículo izquierdo se termina de llenar cuando se expulsa la sangre por la sístole auricular.  Cuando acaba la diástole ventricular se produce el cierre de la válvula mitral y la apertura de la válvula aórtica iniciándose la sístole ventricular, que expulsa la sangre por la arteria aorta. La sangre expulsada se distribuye por la arteria aorta a todos los órganos del cuerpo, acabando así los procesos de sístole y diástole de la bomba izquierda.


Como el corazón también necesita oxígeno para funcionar, en el exterior hay unos vasos sanguíneos que se lo proporcionan. Si alguno de estos vasos queda obstruido, impidiendo la llegada de suficiente sangre, el músculo del corazón se daña produciéndose entonces una angina (oclusión parcial de una arteria coronaria) o un infarto (oclusión total de una arteria coronaria).

 


 
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