Los leucocitos son células que circulan a través del torrente sanguíneo transitoriamente y se les llama “glóbulos blancos” porque al ser observados a través un microscopio se ven de este color. Se originan en las células madres de la médula ósea y en el tejido linfático, y su función principal es combatir las infecciones o cuerpos extraños que ingresan al organismo. Los leucocitos son parte importante del sistema inmune del cuerpo, ya que están encargados de mantener una buena salud.
De la familia de los leucocitos o glóbulos blancos, éstos producen anticuerpos para atacar a las células anormales. Su principal función es localizar cualquier microorganismo que ingrese al torrente sanguíneo e identificar si el agente extraño es peligroso para así eliminarlo. Además, los linfocitos guardan la información adquirida que será utilizada en el caso de que vuelva a ingresar el mismo microorganismo para rechazarlo o eliminarlo. De esta manera, ellos reconocen todo lo que es propio del organismo y rechazan todo lo extraño a él, como las bacterias, virus, etc.
Los lípidos son un grupo de sustancias orgánicas compuestas por carbono e hidrógeno y, generalmente oxígeno, el cual se encuentra presente en bajos porcentajes, además de fósforo, nitrógeno y azufre. Existen diferentes tipos de lípidos, pero son 3 los más importantes; fosfolípidos, triglicéridos y esteroides. Los primeros impiden el paso del agua y diferentes compuestos a través de la membrana celular. Los triglicéridos (grasas y aceites) sirven como reserva energética que podría ser utilizada cuando el organismo lo necesite. Los esteroides aportan la vitamina D y diferentes hormonas al organismo en forma equilibrada. De esta manera, los lípidos almacenados en el organismo, son la reserva energética más importante del cuerpo.
Un linfoma es una propagación maligna de linfocitos, generalmente dentro de los nódulos o ganglios linfáticos, pero que, a veces, afecta también a otros tejidos, como el hígado y el bazo. Se presenta generalmente como ganglios inflamados en el cuello, las axilas o la ingle, pero también pueden aparecer internamente. Los linfomas se clasifican principalmente en dos tipos: Linfoma de Hodgkin y linfomas de No Hodgkin, determinándose su clasificación según su pronóstico y comportamiento.
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