Enfermedad renal y diabetes

Una de las complicaciones a largo plazo más comunes de la diabetes es el daño renal, también conocido como nefropatía diabética. Esta condición es el resultado de las anormalidades vasculares que acompañan a la diabetes e incrementan el riesgo de mortalidad. Además, la diabetes mellitus es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar la enfermedad renal terminal, la etapa más avanzada de la enfermedad renal.

Fundamentos de la Enfermedad Renal Crónica

La enfermedad renal crónica (ERC) significa que los riñones no pueden filtrar la sangre y eliminar la orina normalmente. La ERC se desarrolla lentamente a través de los años y generalmente no puede ser revertida.

La enfermedad renal temprana, a veces llamada insuficiencia renal, puede no presentar signos o síntomas. Usted podría no sentir ninguna diferencia hasta que la enfermedad esté avanzada, sin embargo el daño se realiza de igual modo. Los análisis de sangre para controlar la tasa de filtración renal y las pruebas de orina para detectar proteínas son las únicas formas de averiguar si usted tiene enfermedad renal en esta etapa. Si usted tiene diabetes, es muy importante que realice los análisis para enfermedad renal para que pueda ser detectada tempranamente y así retardar la progresión del daño. Es muy importante mantener su nivel de azúcar y presión arterial bajo control para disminuir la posibilidad de desarrollar enfermedad renal. Perder peso, realizar actividad física regularmente y no fumar, son excelentes formas para ayudar a controlar su nivel de azúcar en la sangre y presión arterial.

Falla Renal o Enfermedad Renal Terminal. Falla renal significa que el daño de los riñones ha progresado al punto que ellos no son capaces de filtrar los desechos como la urea y la creatinina de la sangre. La acumulación de residuos puede hacer que usted enferme y presente los siguientes síntomas: hinchazón de tobillos, cara o abdomen, vómitos, pérdida de apetito, fatiga, debilidad, confusión y dolor de cabeza. Los tratamientos para la insuficiencia renal pueden incluir: hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante de riñón. Es importante trabajar con su médico para decidir qué tratamiento será mejor para usted.

¿Cómo aumenta la diabetes el riesgo de enfermedad renal?

Los altos niveles de azúcar en la sangre hacen que los riñones trabajen más duro para realizar la filtración sanguínea, lo cual con el tiempo puede dañarlos y hacer que comience a perder pequeñas cantidades de proteína (albumina) en la orina. Es por eso que detectar albúmina en una prueba de orina significa que los riñones están dañados. No todas las personas con diabetes desarrollan enfermedad renal.

Los factores que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad renal incluyen genética, niveles de azúcar en la sangre y presión arterial. Mientras más controlada una persona mantenga su diabetes y sus niveles de presión arterial, menor será la probabilidad de desarrollar una enfermedad renal.

¿Cómo se relacionan la enfermedad cardiovascular (ECV) y la enfermedad renal crónica (ERC)?

Las personas con enfermedad renal crónica (ERC) tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular (ECV) debido principalmente a problemas con los vasos sanguíneos, La mayoría de las personas con ERC mueren como resultado de complicaciones cardiovasculares antes de progresar a la enfermedad renal terminal.
Algunos riesgos que se asocian con la enfermedad renal también se asocian con la aterosclerosis, y contribuyen al riesgo de desarrollar ECV y accidente cerebrovascular. Estos factores de riesgo son:

Muchos de estos factores de riesgo para enfermedad renal y enfermedad cardiovascular son tratables. Si usted tiene diabetes, siga estos pasos:

  • Mantenga sus niveles de azúcar en rangos normales
  • Controle su presión arterial periódicamente
  • Maneje su peso en rangos normales para su estatura
  • Trabaje con su equipo de salud para asegurar que sus niveles de albúmina en orina sean monitorizados. (La Asociación Americana de Diabetes sugiere que las personas con diabetes tipo 2 deben hacerse una prueba de detección de los niveles de albúmina en la orina al momento del diagnóstico y una vez al año después).

Fuente:


Julio 2017

 

 

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