Vida sexual: otra víctima de las Enfermedades cardiovasculares
Luego de un evento cardiovascular, puede ser normal que el sujeto o su pareja teman reiniciar su vida sexual y eviten este tipo de encuentros, por lo que abordar este tema a tiempo y cotidianamente es fundamental.
Una las dudas más frecuentes entre las personas con enfermedad cardiovascular, es qué ocurre con la vida sexual luego del diagnóstico. Es fundamental que tanto el paciente como su pareja estén informados de la enfermedad que la persona padece y qué tipo de esfuerzos puede llevar a cabo. Y aunque el potencial trastorno sexual lo padezca un único miembro de la pareja, es recomendable que ambos acudan al médico y así conozcan el diagnóstico y los posibles tratamientos.
Verónica Krämer, enfermera de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la UC, señala que la sexualidad puede verse afectada en sujetos con enfermedad cardiovascular luego de un Infarto o en sujetos con insuficiencia cardiaca. “Entre las causas es posible identificar una baja en la capacidad funcional, depresión, miedo o ansiedad, efectos adversos de los medicamentos o las mismas consecuencias sobre la sexualidad que pueden tener los factores de riesgo cardiovascular”, comenta.
Y si bien no existen datos chilenos acerca de la prevalencia de disfunciones sexuales en enfermedad cardiovascular, cifras mundiales demuestran que la incidencia de disfunciones sexuales luego de tener un primer infarto se ha estimado en entre un 50% a 75%. Por ejemplo, en España se ha reportado un 53% de disfunción eréctil en pacientes de 25 a 74 años luego de un infarto. En EEUU por otra parte, se reportó una mayor incidencia de disfunciones sexuales en mujeres con enfermedad cardiovascular, respecto de las sanas. Ellas también presentaban menor frecuencia, poco deseo y baja satisfacción sexual.
Viceversa
La especialista destaca que la sexualidad también afecta, en cierta medida, el funcionamiento del corazón, el sistema cardiovascular y los factores de riesgo asociados. Además, la actividad sexual puede gatillar síntomas cardiovasculares, por lo que es muy importante abordar este tema en todas las personas que sufren este tipo de enfermedades.
“Durante las distintas fases de una relación sexual, se van teniendo cambios en la respuesta del sistema cardiovascular. A lo largo de la excitación es normal que aumente la frecuencia cardíaca, respiratoria y la presión arterial. Esto puede inducir fatiga en las personas que tienen alguna alteración cardiovascular”, explica Krämer.
Estos cambios llegan a su máxima intensidad durante el plateau y orgasmo, y debieran volver a la normalidad en la resolución del acto sexual, es decir, posterior al orgasmo. Pero es muy importante tener en cuenta que si en cualquier momento durante la relación sexual se presenta angina, es decir dolor al pecho), la persona debe detenerse y relajarse. Si el dolor continúa, necesita acudir a un centro asistencial o llamar a su médico tratante.
¿Cuánto se debe esperar? Es primordial no evitar el tema y convérsalo, tanto con su médico como con su pareja. Será en ese momento en el que se le recomiende cómo, cuánto y cuándo es recomendable reanudar la vida sexual, y si es que posible utilizar algún fármaco de apoyo.
“Lo más normal luego de un evento cardiovascular, es que el sujeto o su pareja estén asustados de reiniciar su vida sexual evitando los encuentros, por lo que abordar el tema es fundamental”, aclara la especialista. Verónica Krämer entrega algunos consejos prácticos que se deben corroborar con el médico tratante:
- Aproximadamente 3 o 4 semanas luego de haber sufrido un evento cardiovascular, se indicará un test de esfuerzo, a partir del cual el médico tratante tomará la decisión de permitir practicar actividad física, incluyendo la actividad sexual. Si no se indica un test de esfuerzo, se considera que si la persona puede subir sin dificultad dos pisos de escaleras o caminar 300 metros a paso rápido, es probable que ya esté preparada para reiniciar su vida sexual. Sin embargo, si a la persona se le practicó una cirugía de revascularización / by-pass, debe esperar por lo menos un mes a que el esternón se encuentre estable. - Para reanudar la vida sexual, se debe comenzar lentamente y aumentar la actividad gradualmente; es importante promover un ambiente cómodo, íntimo, seguro, tranquilo y de temperatura cálida.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo inciden en el funcionamiento del sistema cardíaco continuamente, no sólo a la hora de tener relaciones sexuales. Al respecto, hay mucha relación entre los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y las disfunciones sexuales, ya que los factores que generan ambos problemas muchas veces son los mismos.
Por ejemplo: la hipertensión y la diabetes, a nivel sexual pueden generar disfunción eréctil en el hombre y trastorno de la excitación en la mujer; la depresión por otra parte, puede generar disfunción eréctil, baja de la libido (deseo sexual hipoactivo) e inhibición orgásmica femenina. Incluso, se ha dicho que en ocasiones, la aparición de una disfunción sexual puede ser útil como un marcador del pronóstico de una enfermedad cardiovascular.
Recomendaciones
Las disfunciones sexuales en los pacientes cardiópatas pueden mejorar si se siguen una serie de consejos y recomendaciones:
- Preocúpese de recibir la información adecuada, para así acabar con los miedos y dudas que se puedan tener respecto a retomar con naturalidad la vida sexual luego de un evento cardiovascular.
- Mejore su capacidad funcional, a través de un programa de ejercicios, autorizado por su médico tratante. Así, aumentará su flexibilidad articular y su capacidad física por encima de los valores mínimos requeridos para llevar una vida sexual activa.
- Evite posiciones en las que su gasto energético sea superior, por ejemplo aquellas en la que la persona con la enfermedad cardiovascular se sitúa encima. Se recomienda que la persona de la pareja que está sana ocupe la posición superior, o que ambos adopten una postura lateral.
- Prefiera un entorno cómodo y agradable, sin temperaturas extremas de frío, calor o humedad, como por ejemplo la habitación habitual.
- Evite relaciones extraconyugales, ya que está demostrado que éstas generan más estrés y mayor riesgo para las personas con problemas cardiovasculares.
- Prefiera realizar la actividad sexual en los momentos en que está relajado y descansado, como por la mañana o después de una siesta.
- Evite tener relaciones sexuales luego de una comida copiosa, de haber ingerido alcohol o realizado un ejercicio agotador. - Si usted es usuario de nitratos (nitroglicerina sublingual, isosorbide sublingual, isosorbide mononitrato y dinitrato, entre otros) tiene absolutamente contraindicado el uso de fármacos potenciadores de la erección, como el Sildenafil, Tadanafil o Vardenafil.
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