Vivir con Jaqueca La genética puede ser un actor principal al sufrir esta patología, sin embargo con un tratamiento adecuado y mejor en los estilos de vida, se puede mantener controlada la aparición de éstas.
Es una de las principales causas de invalidez, provocando pérdida de días de trabajo, placer, y distracción, el 10% de la población mundial la padece, y aunque no causa la muerte por intensas que sean, se han convertido en un gran y frecuente problema de salud pública en Chile y el mundo. Se debe entender que la jaqueca no tiene una causa muy clara, pero el Dr. Francisco Soto, neurólogo del Depto. de Neurología de Clínica Las Condes, la explica como “una especie de corto circuito eléctrico a nivel cerebral, que llevaría a producir fenómenos vasculares, es decir, se contraen las arterias y después se vasodilatan produciendo este dolor pulsátil característico en la mitad (hemicráneas) o en la totalidad de la cabeza (holocráneas)”. Pero más allá de conocer el mecanismo que provoca este dolor, lo interesante es saber cuáles son los gatillantes de jaqueca que se han reconocido hasta ahora. Es decir, qué factores hacen que una persona sufra de esta patología. “Si uno conoce estos gatillantes, podrá analizarlos, usar analgésicos o evitarlos” señala el doctor. En orden de frecuencia, estos son:
- Estrés, que es el más importante en la población jaquecosa
- Las variaciones del ciclo hormonal en la mujer
- El ayuno, o la falta de alimentación en el día, lo que ocurre muy a menudo debido a los estilos de vida actuales.
- El clima, el calor excesivo o el frío
- El mal dormir
- Los perfumes
- Olores a solventes orgánicos, como la bencina
- Dolor cervical
- Excesiva iluminación
- Consumo de Alcohol y tabaco
- Ciertos alimentos
Respecto de éste último punto, aunque no hay una dieta para evitar las jaquecas, se ha comprobado que algunos quesos maduros, el vino tinto, la comida china, el glutamato monosódico que se agrega en algunos alimentos para exacerbar el gusto y también el Sushi, pueden provocar jaquecas. Por lo tanto, basta con que las personas susceptibles a padecerlas eviten algunos de estos estímulos externos, para evitar también la aparición del dolor. Genética y algo más El que una persona sea propensa a padecer jaquecas tiene una agregación familiar a tomar en cuenta, es decir, existen familias en las que hay un mayor número de personas jaquecosas, lo que equivale a una condición genética, y no se puede evitar la aparición de este cuadro de dolor. Pese a esto, un jaquecoso, por mucha genética que lo defina, puede sufrir, además, de cefaleas secundarias, y en el mismo paciente pueden convivir ambas patologías. Dichas razones secundarias incluyen, entre otras, la trombosis venosa cerebral o de tumor cerebral, que se puede estar avisando silenciosamente. El Doctor Soto comenta que “no por ser jaquecoso, no voy a sufrir de otros dolores de cabeza, incluso hay aquellos que se pueden enmascarar como jaquecas y realmente tienen una causa subyacente que es curable y tratable o eventualmente peligrosa”, señaló. Efectivamente, si hablamos de dolor de cabeza, el 100% de la población mundial lo ha padecido alguna vez, ya sea por trasnochar, por haber bebido en exceso, u otros factores externos, pero las jaquecas se dan sólo en un en un 10% de ellos. Un tipo especial son las llamadas jaquecas con aura. Este es el fenómeno premonitorio antes de que aparezca el dolor. El neurólogo explica que “se presenta como una lucecita, una mosquita brillante, un hormigueo, o algo que nos avise que está por presentarse el dolor de cabeza”. Y sigue: “Este tipo de jaquecas, se han visto levemente asociadas a infartos cerebrales, sobretodo, cuando se da con la triada de usos de anticonceptivos orales, tabaco, y jaqueca con aura. Por lo tanto las mujeres que presentan estos factores, tienen mayor riesgo de sufrir infartos cerebrales”.
¿Pastillita milagrosa? Otros efectos tardíos que puede tener una jaqueca son producidos por el abuso de medicamentos para calmar el dolor. “Las jaquecas se relacionan erróneamente con una respuesta a ciertos fármacos, ya que las personas suelen adjudicar la solución al dolor con algún tipo específico de dolor de cabeza, pero no siempre es así. Hay Jaquecas que responden al paracetamol, y dolores de cabeza de otro origen no jaquecoso que responden a los ergotamínicos”, señaló el médico. Existen dos tratamientos para esta patología: uno farmacológico, y otro no farmacológico. El segundo tiene que ver con el control de los gatillantes mediante el orden de las rutinas, y puede lograr excelentes resultados. “Por experiencia en múltiples pacientes, aquellos que mantienen un orden en los horarios de acostarse, de comidas, de trabajo, sin exagerar ninguno de estos, logran tener menos jaquecas e incluso desaparecerlas por períodos de su vida. De todas maneras esto es menos frecuente, ya que por los estilos de vida de las personas en la actualidad es difícil seguir horarios y rutinas al pie de la letra”, señala el doctor. Pero en honor a la verdad, la mayoría de las jaquecas requieren de un tratamiento farmacológico, que puede llevarse a cabo en dos fases: el preventivo, y el tratamiento de crisis. “Aunque en casos específicos en los que se tiene jaqueca durante el período menstrual, uno puede hacer una manipulación hormonal que evite la aparición de ésta. Pero generalmente se requiere un paraguas de protección más amplio, ya que si dan en ese período, es muy normal que también dé en otros momentos”, comentó el especialista. Los tratamientos de prevención actuales son, principalmente, dos: los beta bloqueadores, que es un término técnico y que se refiere a fármacos que evitan espasmos de vasos sanguíneos, y los antiepilépticos, que hacen sentido cuando se comprende a la jaqueca con un gatillante eléctrico. “No es que sea la jaqueca un tipo o una variante de la epilepsia, pero en su origen tiene este golpe eléctrico que puede ser bloqueado con un fármaco específico”, señala. El abuso de los medicamentos analgésicos, como los ergotamínicos, que tienen derivados del ergot, puede ser riesgoso, debido a que provocan espasmos en las arterias y pueden generar infartos. Por otra parte, pueden provocar las jaquecas de rebote, caracterizadas porque se toma el remedio y se quita el dolor, pasa el efecto y vuelve el dolor con mayor intensidad, lo que transforma a la jaqueca en una patología crónica y diaria. En definitiva, se provoca una adicción. Tratamiento Los verdaderos adictos a los ergotamínicos los usan diariamente y varias veces al día, en el caso de jaquecas frecuentes. Si son frecuentes, se justifica un tratamiento para prevenir los mecanismos de las jaquecas, como los betabloqueadores y los antiepilépticos, y reservar los analgésicos más adecuados para ciertas circunstancias. En efecto, el Doctor señala que han aparecido nuevas generaciones de analgésicos que son más seguros y menos adictivos que los ergotamínicos. “La jaqueca afecta generalmente a los jóvenes, es decir, el peak de incidencia para debutar con jaquecas es entre los 15 y los 35 años, por lo tanto, hay que desconfiar si están partiendo las jaquecas a los 50, sería un caso extraño y podría estar avisando otra enfermedad. De todas maneras, la relación de que los jaquecosos terminen en un accidente vascular es muy infrecuente, no es una relación sólida”, concluye el Doctor.
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